Los psicólogos suelen decir que crecer es un proceso doloroso, pero solo hasta el día que salimos al mercado laboral entendemos a qué se referían. Atrás deben quedar las pataletas de adolescente tratando de defender sus intereses.

Veamos algunos errores que no deben cometerse en el ambiente laboral:

-Siempre se debe mostrar una actitud de interés por las funciones que se desempeñan. Es recomendable pensar que no basta que las hagas bien sino que demuestres esmero en hacerlas así sean operativas y repetitivas. Piénsalo, si ven que no haces bien lo básico, jamás te darán tareas más complejas.

- Tu forma de relacionarte con los demás es fundamental. Así seas el mejor de los mejores haciendo lo que haces, te contamos que hay gente talentosa que ha salido mal de su trabajo por no saber manejar sus relaciones con los demás. Resulta que sonreír a las personas con las que te encuentras en el día aumenta el nivel de sensación de inserción social de estas y crea un ambiente de sentido de pertenencia y aceptación en el grupo de trabajo, según un estudio realizado por la Universidad de Purdue, en Indiana (EE.UU.). Talvez, alguna vez te habrá pasado que sientes que la mala cara de alguien se debe a algo que tú hiciste, lo contrario sucede cuando nos regalamos una sonrisa que nos sube el ánimo de seguir trabajando.

-No tolerar la crítica puede resultar bastante contraproducente para tu vida como empleado, ya que es un gaje del oficio realizar correcciones y enmendar errores. Debes tener muy presente que mientras más ecuánime seas a la hora de recibir una crítica o corrección de tu superior, más aumenta tu valor agregado como profesional. A veces los empleadores prefieren a la gente con buena disposición que a los genios que difíciles de manejar.

-El jefe es el jefe, no pienses pasar por encima de sus órdenes y mucho menos esgrimir tus ínfulas de ‘sabelotodo’, siempre se debe adoptar una postura de respeto de las jerarquías y una postura abierta a aprender, no solo de quienes tiene más experiencia sino de todos tus colegas. Recuerda que si esa persona está encima tuyo en jerarquía, por algo será. Si estás en desacuerdo con algo, háblalo con tranquilidad, seguro tu jefe también aprenderá de ti.

-Los malos entendidos y los momentos de estrés siempre estarán a la orden del día. Así que no te tomes nada personal, como dice Don Miguel Ruíz en Los Cuatro Acuerdos. Respira profundo y no les des a las cosas más importancia de las que tienen. En el momento en el que te enganchas con un conflicto, no hay quien lo pare. 

-Mirar dos veces es estar tranquila, cada acción que realices en la que haya algún nivel de delicadeza es mejor revisarla para saber que está bien, desde el primer día de trabajo conviértelo en un hábito. No olvides que errores cometemos todos, incluso tus jefes.

- Sé humilde. Hay cosas que ya están inventadas y, aunque siempre esperan de ti que seas innovadora, debes analizar muy bien cuál es la forma correcta de hacerlo. No hay nada más insoportable para un jefe que un subalterno con actitud déspota. Dale el crédito, por alguna habilidad que tú no tienes aún está ahí. Apréndele de su experiencia o de su actitud.

No olvides que el trabajo es una más de esas esferas de la vida a la que tú llegas para aportarle y darle tu toque personal. Las personas con las que convivas allí serán ejemplos que enriquecerán tu vida por exceso o por defecto y cada cosa que aprendas te servirá para tu desarrollo profesional.