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El verdadero reto es vivir / Psicólogo
El verdadero reto es vivir / Psicólogo
Tomada por: Fotolia.
“Una de mis compañeras tuvo su primer bebé el año pasado y dice que la vida le ha cambiado por completo; otras colegas que tienen dos o tres niños, le aseguraron que el primer embarazo es distinto a todos los demás. ¿Es cierto? Yo no tengo hijos, pero estas conversaciones me asustan un poco”
En general, el proceso de gestación y dar a luz es una transición vital que implica muchos cambios en la madre. Y esto lo es más todavía cuando se trata del primer embarazo, con la respectiva lactancia y cuidados posteriores del bebé. Si algo cambia la vida es asumir plenamente la realidad de ser padre o madre y comprometerse con las consecuencias de semejante acontecimiento vital. El cuidado amoroso y dedicado de un hijo hace que todo lo que antes parecía tan importante se mire ahora desde una perspectiva distinta. La nueva mamá necesita tomar decisiones difíciles acerca del tiempo que ha de dedicar a su hijo y a su vida profesional, laboral, lo mismo que a su red de relaciones tanto familiares como sociales. Tiene además que rediseñar su red de apoyo, porque muchas de sus necesidades y actividades personales antes del embarazo sufrirán importantes cambios.
“¿Qué tanto ayuda un descanso durante un puente y un par de días extras? Yo creo que necesito más que eso para recuperar mis fuerzas y mi estabilidad interior, pero mi esposo es un adicto al trabajo y no puede descansar más tiempo con nosotros en Cartagena. ¿Tengo algo de razón?”
Desde una perspectiva psicológica, tienes razón. Una vez al año necesitamos descansar al menos dos semanas. Un puente o un poco más en las playas con gente y ruido, llevando incluso el computador y el celular encendidos para mantener el contacto con la oficina no constituye una pausa. Si la persona puede ‘desconectarse’ de verdad y divertirse unos cinco días cada semestre, mientras tiene al menos un día a la semana para hacer lo mismo, el descanso funcionará. Saber vivir es también un asunto de ritmo. Necesitamos aprender a hacer buenas pausas durante el día; y también, tomarnos cada semana un día, cada semestre una semana, cada año dos semanas, cada siete años dos o tres meses y al menos cada 10 años algo que se parezca al ‘año sabático’. Lo más importante es tener tiempo para dejar de ser ‘productivo’ en el sentido cotidiano, para no hacer ‘nada’.
“¿Es cierto que existe una relación entre el estrés y el cáncer? Un miembro cercano de la familia padece esta enfermedad y todos dicen que es por la vida tan estresada que llevaba”...
Encuentra la respuesta a esta pregunta en nuestra edición 631.
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