El sombrero, no estamos hablando de los penachos de los indígenas ni de los tocados egipcios, nació en el siglo XXIV como una necesidad del Renacimiento por revelar un status social y cultural. Tanto hombres como mujeres de la monarquía lo llevaban para diferenciarse de las clases bajas. Estas últimas usaban sombreros pequeños y sin adornos llamados miripipes mientras que la monarquía usaba sombreros más grandes y vistosos.

En el siglo 18 entra una nueva estética que hace que compitan los sombreros y las grandes pelucas. Allí surgen entonces los sombreros de imponentes dimensiones diseñados por Rose Bertin. Este interés por tapar la cabeza de las mujeres se debió a una decisión de la Iglesia (recordemos que en la Iglesia era el centro de las decisiones de estos siglos en Europa) que decía que por recato y compostura las mujeres no podían mostrar sus cabezas.

Este tema se empezó a transformar muy rápidamente, como la sociedad misma. El devenir de las sociedades después del Renacimiento (fin del eurocentrismo, encuentro con nuevas sociedades, expansionismo, etc.) dio como resultado una interacción distinta de las mujeres con su entorno. Desde el uso de pantalones hasta el vestido de baño fueron muestra del cambio que se gestó. El sombrero entonces no fue la excepción.

Channel empezó a crear sombreros (1910) que se adaptaban a esas nuevas necesidades de las mujeres de la época pensándolos desde una estética más fashion. El diseño entonces paso de ser solo práctico y funcional a ser un objeto icono de la moda. Ya no solo en invierno, como defensa del clima, las mujeres usaban un sombrero, lo hacían para darle un estilo a su look, para identificarse entre las demás mujeres.

En las décadas de los 30, los 40 y los 50 el sombrero adquirió otro nivel. Para este momento el sombrero empezó a ser parte total del vestuario. Se comenzaron a combinar grandes sombreros con sombreros tipo tocado. Las calles y las revistas de moda fueron una gran vitrina donde las mujeres podían encontrar, muy escuetamente, las últimas tendencias.

Esto se transforma cuando Dior implementa el New Look y con Yves Saint Laurent con el pret a porte. Lo más importante era la limpieza de las formas y que el vestuario se constituyera de elementos usables.

Pero muy rápidamente regreso bajo otro contexto. Estados Unidos le dio su bienvenida al sombrero como una forma de distinción de las grandes estrellas de Hollywood. Audrey Hepburn, Greta Garbo, Grace Kelly y Jackie Kennedy fueron las encargadas de reivindicar su uso con el pilbox, un sombrero pequeño y simple.

Este hecho de volver a traer al sombrero a escena le dio vía a que se rehusara en otro tipo de eventos como el Royal Ascot. Allí la realeza mostraba (y muestra aún) los sombreros más recargados y extravagantes para demostrar su estilo y originalidad. Esto entonces no dejó morir a este accesorio haciendo que "los mortales" quisiéramos usarlo.

Allí regresó la necesidad de los diseñadores por traer el sombrero de vuelta desde el mundo de la moda. El inglés Philip Traici fue el pionero de esta nueva ola convirtiéndose en el diseñador icono de finales de los 80 y 90 de estos accesorios. Hoy Dior y Channel usan sus diseños especiales dentro de sus colecciones.
Por estos días este accesorio ha tomado una relevancia significativa. La música ha ayudado a convertirlo en un elemento del día a día. Algo que se puede a usar en cualquier lugar sin importar el clima, solo como una forma relevante para expresar una identidad. Las colecciones de esta temporada lo han sacado del cajón de los recuerdos para darle vida en el diario vivir.

Estos son los sombreros tendencia esta temporada: