Nunca pensé en casarme

Siempre fui de esas mujeres que se veían viajando por todo el mundo sola, sin hijos, sin querer sentirse atada a una pareja para toda la vida, me sentía un alma aventurera. Fui de las mujeres que nunca quiso tener hijos, nunca soñó con el vestido blanco y mucho menos, se veía con una persona para toda la eternidad. Cuando pensaba en matrimonio me aterraba, - eso no sólo le pasa a los hombres - Sentía miedo de perder mi independencia, mi autonomía para tomar decisiones, mis espacios y la oportunidad de vivir las experiencias que quería apostarle a la vida como estudiar fuera del país, regresar, irme cuando quisiera de nuevo sin depender de nadie, sin ataduras.

Siempre que me preguntaban cuándo me iba a casar daba una excusa, mi edad, mis proyectos, mis ideales, los reflejos de otros matrimonios que veía en mi adolescencia y en época universitaria, alimentaban aún más esa idea de que al casarse se perdía esa magia del noviazgo, pensaba que definitivamente eso no era para mí.

En el momento en que menos lo pensé, esa persona llegó a mi vida

Movió absolutamente todo en mí desde el primer instante y sentí que quería todo con él. Empezamos una relación y a medida que pasaban los meses descubrí que la vida en pareja era interesante, construir entre dos personas es enriquecedor, más fácil, más divertido. Empecé a compartir los espacios y me autoinvitaba en silencio a quitarme los prejuicios que tenía sobre el matrimonio, sobre la convivencia.

Le comenté a mi pareja mis miedos y los temores que tenía sobre el matrimonio, juntos nos hemos encargado de escribir una propia historia y en este tiempo de relación, he entendido que el amor es más grande que el miedo, el amor es más fuerte que el sentido de independencia y que los logros personales pueden cumplirse en pareja, se disfrutan aún más. He aprendido que si ambas personas crecen personal, espiritual y profesionalmente juntos, crecen más, construyen más, se aporta más.

Confieso que quiero casarme

Cuando hablamos sobre matrimonio me tomó un día darle una respuesta, quedé en shock y entré en pánico cuando se propuso, pensé que me iba a terminar. Sin embargo, él conocía mis temores y fue comprensivo, eso me afirmó aún más que era él con quien quería estar. Todos los grandes retos implican cambios, una sacudida a nuestra zona de confort. Estoy segura de casarme, de que no hay un mejor estado que la vida en pareja, lo importante es saber elegir y permitirse el tiempo de conocer a la pareja para determinar si es en realidad el compañero con el que creceremos de por vida.
 
@setevelindo