Cece Yorke, la publicista de Catherine Zeta-Jones (41), publicó en un comunicado de prensa que "después de sufrir un gran estrés durante el año pasado, Catherine tomó la decisión de ingresar en un centro psiquiátrico para una breve estancia con la intención de tratar su desorden bipolar del tipo 2".

Al parecer, el estar al frente del cuidado de su esposo, el también actor Michael Douglas (66), desencadenó un cuadro agudo en su estado emocional (al protagonista de Wall Stret le diagnosticaron cáncer de garganta a finales de 2010, pero anunció en enero de este año haber superado la enfermedad). "Se encuentra muy bien y está deseando retomar el rodaje de sus dos próximas películas esta semana", agregó Yorke.

"No conozco a Catherine Zeta Jones personalmente pero lo que decidió fue tan valiente... y tan difícil, pero mereció la pena... estoy orgullosa de ella", escribió la joven cantante Demi Lovato en su Twitter, mientras que Katrina Gay, directora de la Alianza Nacional de las Enfermedades Mentales de Estados Unidos, manifestó su reconocimiento a la actriz de Chicago al decir que "las enfermedades mentales por lo general incomodan a la gente cuando se habla y, por lo tanto, quedan como algo misterioso y a veces, incluso vergonzoso. Por lo tanto, cuando personas que son famosas pueden ser muy honestas, eso sin duda abre la vía a la información y concientiza a la gente".

Al igual que Catherine, Mel Gibson, Britney Spears, Jim Carrey y Ben Stiller han reconocido en público padecer trastorno bipolar.