Las variaciones del término MILF (mother I´d like to fuck, mamá que me gustaría follarme), utilizado sobre todo en películas porno y comedias adolescentes (American pie, 1999), han traído al panorama lo que ahora se conoce como cougar, que en inglés significa puma y hace alusión a ese tipo de mujer mayor que le gusta cazar cachorros. Asalta cunas es otro de los términos utilizados para hablar de estas predadoras que han existido siempre y que cada vez tienen más aceptación.

La historia ha estado plagada de mujeres cougars. Desde personajes ficticios como Emma Bovary, que se enamora del joven León en la famosa novela de Flaubert; pasando por personajes míticos como Yocasta, que se enamoró de su propio hijo Edipo sin saberlo; Fedra, que quiso seducir a su hijastro; y hasta personajes reales como Catalina la grande, que sostuvo una relación con Alexandrovich Zubov, un hombre cuarenta años menor; la escritora francesa Sidonie Gabrielle Colette, que escribió una novela sobre el amor de una mujer madura con un joven de diecinueve años (Chéri), y que en la vida real estuvo casada con un hombre 30 años menor que ella; la también escritora Anaïs Nin que se enamoró de un hombre 16 años menor, Rupert Pole. Y hasta llegar a épocas menos remotas para recordar a Mrs. Robinson, la mujer mayor que seduce a un Dustin Hoffman muy joven, en la película El graduado, y que en la vida real se asemeja a mujeres como Demi Moore (enamorada de Ashton Kutcher), y Madonna (con su novio de 22 años, Jesús Luz).

¿Será que los 40 serán para siempre los nuevos 20?
La cougar es vista como una soltera (que no solterona), independiente, sofisticada y deseable. Aunque es cierto que las cougars cuidan mucho su figura, no necesariamente tienen que ser ‛cuchibarbies’. Algunas recurren a cirugías, botox y otras prácticas para contrarrestar la vejez, pero una verdadera cougar está cómoda con su edad y con algunas de las arruguitas que esta conlleva, además de llevar con orgullo una pancita sexy y natural. Aunque sean saludables y hagan deporte, no buscan verse como de 25, y son muy seguras. Pero ¿por qué les gustan los hombres menores?

A lo mejor tenga relación con que las mujeres están procreando más tarde, se divorcian más y aparte se casan menos. De hecho, el término cougar incluye a mujeres mayores que no necesariamente son mamás de nadie. La diferencia de edad con sus presas oscila entre 6 y 8 años, pero también se atreven a estar con hombres hasta diez años menores que ellas, e incluso más, porque no están preocupadas por que el macho que escojan sea un buen proveedor o padre.

Pero no es solo una cuestión de liberación sexual. La capacidad económica y la independencia actual de las mujeres hacen que salir con menores sea viable. En el pasado, sólo las aristócratas podían transgredir las reglas para probar las mieles de la juventud. Hoy en día parece haber un auge de cougars. Hay literatura (entre otros, el libro Cougar: A Guide for Older Women Dating Younger Men, escrito por Valerie Gibson), series de televisión (Cougar Town, Accidentally On Purpose), sitios web en donde las felinas pueden buscar sus víctimas (cougared.com, urbancougar.com, thecougarconnection.com y toyboywarehouse.com) y hasta cruceros y musicales.

Por si fuera poco en 2009 las llamadas cougars se reunieron por primera vez en Palo Alto, California, en una convención que además coronó a Gloria Navarro de 42 años como la primera Miss Cougar America. Para 2010 ya había habido casi una decena de estas convenciones en Las Vegas, Chicago y Londres, entre otras ciudades.

¿Mito o realidad?
A pesar de ese auge, el sicólogo Michael Dunn de la Universidad de Wales Institute asegura que el fenómeno de mujeres que prefieren a hombres menores es un mito. Según su análisis de 22.400 avisos para conocer gente del sexo opuesto en las páginas más populares de citas, las mujeres siempre prefieren hombres mayores o de edades similares. No dice lo mismo la AARP (American Association of Retired Persons), que reveló en un estudio de 2003 que mientras dos tercios de hombres americanos mayores de 40 estaban saliendo con mujeres más jóvenes, un nada descartable 34% de mujeres mayores de 40 aseguró que salía con hombres más jóvenes. La Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido también reportó que, entre 1963 y 1998 el índice de mujeres que se casan con hombres más jóvenes pasó del 15% al 26% (y el porcentaje que se casó con hombres siete o más años menor, pasó de 3% a 7%).

Otro estudio del sicólogo de la Universidad de Texas David Buss asegura que las mujeres son más sexuales entre los treinta y los cuarenta que cuando son más jóvenes. Buss dice que la evolución ha inducido a las mujeres a ser más sexuales cuando más se acercan a la menopausia. Dado que sus óvulos están envejeciendo, necesitan buscar más sexo, para buscar más oportunidades de procrear (aunque no sea de su interés ser madres, la naturaleza las hace inclinarse a ello). Aunque Buss nos da razones científicas como esta, el simple hecho de que una mujer mayor se siente más cómoda con su sexualidad también es una respuesta.

Razones del auge felino
Son muchas las explicaciones que se le da a este fenómeno. Juega un papel importante la necesidad de las mujeres ya entradas en años de reafirmar sus egos. “No se trata solo de sexo, también de romanticismo y de admiración. Los hombres más jóvenes suelen admirarnos más y cada cosa que hacemos les parece increíble. Además, como son más jóvenes, no ven el éxito de las mujeres como una amenaza”, dice Mariana, una corredora de bolsa de 38 años que se dedica a salir con hombres menores, pero que nunca ha tenido una relación más larga de tres meses con alguno de ellos.

También es muy factible que la sed de conocimiento de los hombres jóvenes y su inseguridad en la cama los haga buscar a una tutora que pueda hacerse cargo de todo aquello que ellos aún no han descubierto. Igualmente es probable que pese mucho el tema del compromiso. “Aunque los hombres le huyen al compromiso a cualquier edad, los cachorros son mucho más propensos a zafarse de eso”, dice Paulina McCallister, una abogada de 32 años que sostuvo una relación de dos años con un hombre de 24. “En principio, una cougar no quiere compromisos y tampoco necesita que le endulcen el oído para ir a la cama, pero también es factible que uno se enamore, como me pasó a mí”, agrega McCallister.

Aunque las relaciones entre cougars y jovencitos parezcan inofensivas, pueden tornarse complicadas, por no decir insoportables. Los cachorros no saben qué quieren o buscan figuras maternales. Quizás no están enfocados en compromisos y tienen demasiado por vivir como para poder sentar cabeza. Sus prioridades son muy hedonistas (pasarla bien, ir a fiestas, estar con sus amigos) y sus responsabilidades muy diferentes a las de un adulto (graduarse de la universidad, conseguir trabajo, viajar o hacer un posgrado). Por eso, si te vas a poner a cazar, es mejor que tengas un espíritu libre y que dentro de tus planes a corto plazo no estén ni el matrimonio, ni los hijos. A pesar de que Ashton y Demi han demostrado que sí se puede, lo más peligroso de meterse con un hombre joven es querer un compromiso a largo plazo. Es posible que tu cachorro quiera tener sus propios críos cuando tu reloj biológico ya haya marcado hace millones de años luz la añoranza de procrear. A veces las predadoras pueden terminar siendo las presas.

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