Opacado y triste fue para muchos el día más esperado por el pueblo monegasco. El escándalo de un posible tercer hijo del Príncipe Alberto y la fuga de Charlene días previos a la boda han sido los temas que dieron que hablar después de la unión que para muchos careció de amor y emoción. Aunque todos se imaginaban una gran boda, el enlace del príncipe Alberto de Mónaco (52) con Charlene Wittstock (32) no logró atrapar a los miles de espectadores y sin lugar a dudas pasó desapercibido en cientos de medios de comunicación que prefirieron darles la primicia a los escándalos que se conocieron a pocos días de la celebración.

¿Un hijo más fuera del matrimonio?

Al parecer el motivo por el que Charlene iba a regresar a su país (Sudáfrica) y abandonaría la idea de ser la princesa de Mónaco, se debió a que pocos días antes de decir ‘Sí, acepto’, se enteró de la existencia de un bebé de 18 meses, que podría ser el tercer hijo ilegitimo del Príncipe Alberto. La madre del pequeño sería una mujer italiana, que, según fuentes del diario londinense The Telegraph, estaría dispuesta a contar su historia. Dice el diario francés L’Express que Charlene estuvo a punto de convertirse en una novia fugitiva, pues aseguran que una semana antes de la unión la hoy Princesa tenía una reserva en el aeropuerto de Niza (Francia) con un vuelo de un solo trayecto rumbo a Sudáfrica. La noticia fue devastadora para ella y su única solución habría sido escapar. ¿Qué la detuvo? Según cuenta el diario, policías vestidos de civil la abordaron y convencieron de no abandonar Mónaco. Al parecer iban por órdenes del Príncipe Alberto, quien habría sospechado de su partida.

Lo que hasta ahora se conoce es que por petición de Charlene, Alberto tendría que someterse a una prueba de paternidad para desvirtuar el rumor, que además ha hecho que otros medios de comunicación como la revista Public, de Francia, y el diario Voici, de Italia, le atribuyan un cuarto hijo con Nicole Coste, madre de uno de sus hijos.

Más de una volada

Según el portal infobae.com Charlene habría tratado de huir en más de una oportunidad. La primera a inicios de mayo, cuando fue a París a ultimar los detalles de su vestido; se comenta que en esa ocasión habría pedido refugio a la embajada sudafricana en Francia. La segunda vez, finalizando mayo, durante el Grand Prix de Mónaco, y el tercer intento, el ya mencionado en el aeropuerto de Niza. A su vez el portal asegura que otra de las posibles razones de su última fuga se debió al estricto contrato prenupcial que le obligaron a firmar, en el que se establece que no puede divorciarse hasta pasados cinco años y que está forzada a darle un hijo primogénito al Príncipe.

Un complot…

Esto es lo que piensa el Príncipe Alberto de lo que le está sucediendo luego de su boda. El pasado 8 de julio, en Durban (ciudad de Sudáfrica) en la asamblea general del Comité Olímpico Internacional (COI), aseguró ante algunos medios de comunicación que hay una operación para acabar con su unión: “Todo esto es solo para desestabilizar nuestro matrimonio, es muy injusto”, dijo el Príncipe, y aseguró que es víctima de algo completamente fabricado.

Todo un ‘Donjuan’

Su primer acercamiento y romance con una figura pública fue con la actriz estadounidense Brooke Shields, quien en algún momento fue considerada la candidata perfecta para ocupar el lugar de Grace Kelly, pero el romance finalizó en pocos meses. Al terminar sus estudios de ciencias políticas, historia del arte y literatura inglesa, su vida comenzó a tomar otro rumbo y la fama de mujeriego y rompecorazones no tardó en llevarlo al ranking de los más galanes de los años 90. Claudia Schiffer, Tasha de Vasconcelos y Naomi Campbell fueron apenas algunas de las celebrities que ocuparon un lugar en su corazón.

¿Boom mediático o chisme?

Aun no se sabe. Lo cierto es que después de contado el ‘culebrón’, la Casa Real monegasca se pronunció desmintiendo los hechos que estaban atormentando al principado, incluso el cuerpo legal de Mónaco aseguró tomar medidas en contra del diario francés L’Express, primer medio en hacer pública la noticia. Lo curioso es que días después de salir a la luz la nota, Charlene y Alberto continuaban apareciendo juntos en varios eventos públicos como si nada hubiera pasado: él con su sencillez de siempre y ella con su serena sonrisa dejaron a más de uno con la boca abierta y poniendo en tela de juicio el escándalo que días antes tenía a medio mundo intrigado.

¡Todo un varón!

Tras la muerte del Príncipe Rainiero, en el 2005, Alberto ascendió en la pirámide real y pasó a ser el Príncipe de Mónaco. Allí dio a conocer ante todo el mundo la existencia de sus dos hijos; la primera, Jazmin Grace, fruto de una relación con una camarera norteamericana llamada Tamara Rotolo, quien conoció a Alberto durante unas vacaciones en Mónaco (en la actualidad tiene 18 años y vive con su madre en California). Alexander Eric es el nombre de su segundo hijo, que concibió con Nicole Coste, una azafata de la aerolínea francesa Air France, con quien en secreto duró casi ocho años. Sus dos hijos, que fueron reconocidos, llevan el apellido Grimaldi, pero por una ley impuesta en el 2002 no tendrán derecho al trono por ser concebidos fuera del matrimonio. Aunque económicamente Alberto responde, no tiene contacto frecuente con ninguno de los dos. Esta revelación hecha el día de su posesión disminuyó en un alto porcentaje los rumores de que Alberto era homosexual.

¡Tan tan tatán!

Durante años el protocolo monegasco ha dicho que es la novia la que espera al novio en el altar. Al parecer ella no quiso acceder a esta tradición, por lo que el príncipe Alberto permitió que Charlene entrara después de él; lo hizo de la mano de su padre, Michael Kenneth Wittstock, y aunque tímida y con una notoria expresión de tristeza, fue ovacionada por todos los invitados en el momento de ingresar a la iglesia.  

Cifras curiosas

• El vestido llevó 2.500 horas de trabajo, de las cuales 700 fueron consagradas al bordado que se realizó con hilo color plata.
• La única joya que lució fue la alianza de 18 quilates de oro blanco y platino de la firma Cartier.
• Se emplearon 50 metros de seda duquesa, 80 de organza y 20 de tul de seda para el velo.
• El vestido Charlene eligió un vestido con una cola de 20 metros de largo, creación del italiano Giorgio Armani. Llevaba más de 40.000 cristales Swarovski, 20.000 madreperlas en forma de lágrimas y 30.000 piedras en tonos de oro que resplandecieron en su vestido color marfil. 
• El ramo Una creación del italiano Giorgio Armani, realizado en tonos blancos donde predominaban las orquídeas y los lirios del valle. Fue diseñado en cascada para que encajara con la línea del traje y la esbelta figura de Charlene.